ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista Espacios – Vol. 42, Nº 18, Año 2021
PERALTA, Lilia O. et al. «Seguridad alimentaria y nutricional en los cantones de la provincia de Chimborazo -
Ecuador»
consonancia con el derecho fundamental de no padecer hambre (Calero León, 2011; Programa Especial para la
Seguridad Alimentaria-PESA-Centroamérica. Proyecto Food Facility Honduras, 2011).
Luego de los compromisos adquiridos en esta Cumbre, Ecuador asumió el reto de fortalecer la Seguridad
Alimentaria y Nutricional estableciendo en 1998 el Decreto Ejecutivo 1039 que declara a la Seguridad Alimentaria
como Política de Estado, sin embargo, no es posible rescatar dentro de los planes, propuestas y proyectos
planificados, acciones realmente transcendentes en favor de la seguridad alimentaria del país (Ministerio de
Coordinación de Desarrollo Social. FAO, 2011). Posteriormente, la Constitución Política de 2008 en su artículo 13
estableció que “las personas y colectividades tienen derecho al acceso seguro y permanente a alimentos sanos,
suficientes y nutritivos; preferentemente producidos a nivel local y en correspondencia con sus diversas
identidades y tradiciones culturales” en acuerdo a FAO, 2018. Un avance constituyó, dentro de las políticas
promulgadas, la Ley Orgánica del Régimen de la Soberanía Alimentaria (febrero 2009), creada con la finalidad de
establecer mecanismos para que el Estado garantice a las personas, comunidades y pueblos la autosuficiencia
de alimentos sanos, nutritivos y culturalmente apropiados de forma permanente, la cual deja sin efecto los
artículos de la Ley No. 41 de Seguridad Alimentaria Nutricional (Ministerio de Coordinación de Desarrollo Social.
FAO, 2011).
En el contexto de la Seguridad Alimentaria, en 1996, en la CMA se estableció como uno de los objetivos “erradicar
el hambre en todos los países, reducir el número de personas desnutridas a la mitad de su nivel actual y todo
esto hasta el año 2015”. Posteriormente en el año 2000, uno de los Objetivos del Desarrollo del Milenio
(Declaración del Milenio) promovió “reducir a la mitad entre 1990 y 2015 el porcentaje de personas que padecen
hambre” (FAO, 2020). A pesar de los esfuerzos realizados por los países este objetivo no se ha cumplido, por lo
que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible ha replanteado la manera cómo erradicar la pobreza y el
hambre con un límite definido de 15 años. Para ello se insta a todos los países (ricos o pobres) a trabajar a través
de alianzas para transformar las condiciones de vida de los grupos de población más vulnerable (FAO, 2021). Sin
embargo, estas metas no podrán alcanzarse mientras muchas poblaciones de la región de las Américas sigan
viviendo en pobreza y extrema pobreza, con altos niveles de desnutrición, sin oportunidades económicas, sin
servicios públicos adecuados y eventos climáticos severos.
Estadísticas en América Latina y el Caribe muestran que durante 2019, 7,4% de su población vivió con hambre,
es decir 47,7 millones de personas, la población afectada por inseguridad alimentaria ha ido en aumento en los
últimos cinco años, en este mismo año 191 millones de personas, se vieron afectadas por inseguridad alimentaria
moderada o grave. De ellos, 57,7 millones, aproximadamente un 10% de la población de la región, se vio en
situación de inseguridad alimentaria grave, es decir, se quedaron sin alimentos, pasaron hambre o estuvieron
más de un día sin comer (FAO. FIDA. OPS. WFP y UNICEF, 2020).
A pesar de que la desnutrición crónica infantil (retardo en crecimiento T/E) en América Latina y el Caribe ha
mostrado ciertos avances, disminuyendo de 24,5 % en 1990 a 11,3% en 2015, lo que representa una reducción
de 7,8 millones de niños; actualmente 6,1 millones aún viven con desnutrición crónica: 3,3 millones en
Sudamérica, 2,6 millones en Centroamérica y 200 mil del Caribe, 700 mil niños y niñas sufren desnutrición aguda.
La desnutrición afecta a la población más pobre y a las zonas rurales en todos los países. Las prevalencias más
altas de desnutrición crónica infantil en la región se pueden observar en Guatemala y Ecuador, mientras que
Chile y Santa Lucía tienen las menores tasas (OPS/OMS, 2020).
En el Ecuador, a junio de 2018, la pobreza a nivel nacional se ubicó en 24,5% y la pobreza extrema en 9,0%,
siendo el área rural en donde la pobreza es más considerable alcanzando el 43,0%, (INEC, 2014). En relación a
los niveles de desnutrición, al menos 1 de cada 5 niños menores de cinco años tiene baja talla para la edad es
decir retardo en crecimiento. El 12% de los niños tiene desnutrición global (bajo peso para la edad). El 16% nacen